martes, 24 de junio de 2008


Los ácaros (Acarina o Acari, del griego akarés, "diminuto", "que no se corta"), son un orden de artrópodos que pertenecen a la clase Arachnida (arácnidos, tienen ocho patas), integrada por diversos subórdenes: onicopalpídeos, mesostigmados, trombidiformes y sarcoptiformes.
Existen más de 30.000 especies diferentes descritas, y se sabe que existen muchisimas más especies que todavía no han sido clasificadas en el mundo. Los ácaros del polvo doméstico son apenas visibles en el microscopio, y tienen un tamaño que varía entre 200 y 500 micras. Hay ácaros en medios terrestres y acuáticos, incluso en el medio marino. Son en su mayoría depredadores, pero los hay fitófagos, detritífagos y parásitos. En el orden de Acarina están las garrapatas.
Hay ácaros de importancia como parásitos de plantas, parásitos de animales y del ser humano (como el ácaro arador de la sarna), el ácaro del polvo (Dermatophagoides farinae) o las garrapatas (Ixodes y otros géneros) y las garrapatas de las abejas melíferas del género Varroa.
Los excrementos de los ácaros y los ácaros muertos se dispersan en un polvo fino que es inhalado por los habitantes del recinto donde se hallan. Este polvo es el causante de las alergias. Los síntomas de la alergia a los ácaros del polvo pueden incluir congestión o goteo de la nariz con estornudos (particularmente en la mañana), picazón y lagrimeo de los ojos, tos y silbido al respirar.
Los alergénicos de los ácaros son bien conocidos. Los antígenos major son Der p1 (D. pteronyssinus), Der f1 (D. farinae) e Eur m1 (Euroglyphus maynei).
Para que se dé una sensibilización a los ácaros, es necesario una tasa de antígeno Der p1 superior o igual a 2 micras por gramo de polvo doméstico. Se calcula que la sensibilización a los ácaros está entre el 10 y el 20 por ciento de la población general; son los responsables de la mayoría de los casos de alergias nasales y asma alérgica perenne. También tienen un papel importante en la dermatitis atópica. Se han descrito algunos casos de anafilaxia por ingestión de alimentos contaminados por grandes cantidades de D. farinae, harinas, pizzas, pescado y legumbres, entre otros.

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