Época: 460 A.C. — 370 A.C.
Posiblemente el nombre más famoso de la medicina es el de filósofo griego Hipócrates. Se considera el padre de la medicina moderna y da el nombre al Juramento Hipocrático que pronuncian aquellos que acaban de licenciarse en medicina.
Por aquella época, la mayoría de personas pensaban que las enfermedades eran un castigo de los dioses. Los tratamientos iban dirigidos a satisfacer a los dioses para que las enfermedades se curaran. Hipócrates fue en contra de este pensamiento convencional y consideró el cuerpo como un equilibrio de los famosos cuatro humores: Sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla.
Si una persona estaba enferma, significa que había un desequilibrio en los humores y, por tanto, tenía que recibir un tratamiento para reestablecer el equilibrio. Esto a menudo consistía en hacer sangrar (las famosas sangrías), vomitar y/o purgar al paciente. Este radical acercamiento llevó a la medicina fuera del mundo espiritual y los cuatro humores construyeron la base de los tratamientos médicos en tiempos medievales.
En mi opinión, no es que fuera un avance para tirar cohetes. Aunque nos quitamos a un montón de charlatanes y curanderos de encima de la medicina “oficial”, uno de los obstáculos que tuvo que superar la medicina moderna para ajustarse al método científico tal como lo conocemos hoy fue dejar de tomar la palabra de los clásicos (Hipócrates y Aristóteles) como si de dogmas se trataran.
Posiblemente el nombre más famoso de la medicina es el de filósofo griego Hipócrates. Se considera el padre de la medicina moderna y da el nombre al Juramento Hipocrático que pronuncian aquellos que acaban de licenciarse en medicina.
Por aquella época, la mayoría de personas pensaban que las enfermedades eran un castigo de los dioses. Los tratamientos iban dirigidos a satisfacer a los dioses para que las enfermedades se curaran. Hipócrates fue en contra de este pensamiento convencional y consideró el cuerpo como un equilibrio de los famosos cuatro humores: Sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla.
Si una persona estaba enferma, significa que había un desequilibrio en los humores y, por tanto, tenía que recibir un tratamiento para reestablecer el equilibrio. Esto a menudo consistía en hacer sangrar (las famosas sangrías), vomitar y/o purgar al paciente. Este radical acercamiento llevó a la medicina fuera del mundo espiritual y los cuatro humores construyeron la base de los tratamientos médicos en tiempos medievales.
En mi opinión, no es que fuera un avance para tirar cohetes. Aunque nos quitamos a un montón de charlatanes y curanderos de encima de la medicina “oficial”, uno de los obstáculos que tuvo que superar la medicina moderna para ajustarse al método científico tal como lo conocemos hoy fue dejar de tomar la palabra de los clásicos (Hipócrates y Aristóteles) como si de dogmas se trataran.
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